Cuando tenía 27 años, trabajé en la que era la agencia más creativa de Argentina, en el momento en el que Argentina era uno de los países más premiados del mundo. Trabajaba 24/7, casi no hacía otra cosa. En el fondo, siempre supe que eso tenía una fecha límite para mí. ¿Por qué? Yo tenía un secreto escondido: más que ser una publicitaria exitosa, quería tener hijos. Por supuesto que disimulaba, ya que en las agencias de publicidad de esa época era preferible tener lepra antes que ser mujer y ¡encima! querer tener hijos.
Comparado con un bebé, un León de Cannes casi no me importaba. Y sabía que el día que tuviera hijos, se terminaban las grandes agencias para mí, así, sin vueltas, a menos que estuviera dispuesta a no verlos.
Cuando finalmente tuve hijos, vivía en Nueva York. Como viajaba mucho por trabajo, decidí renunciar a la agencia en la que estaba y buscarme una en la que pudiera volver a mi casa en un horario lógico.
Hoy, mis hijos ya son grandes, casi no me necesitan. Y yo siento que estoy en el mejor momento para volver a trabajar en lo que me gusta. Pero… hete aquí, que para el mercado ya expiré, o estoy al borde. ¡¿Guaaaaat?! ¿Cómo puede ser? Si ya no tengo secretos ocultos, si mis hijos ya no tienen situaciones por las cuales faltaría al trabajo, si tengo muchísima experiencia, si la ciencia demostró que la edad no hace que perdamos creatividad. Aún así, según la publicidad, ya estoy para pegamento de dientes y pañales para adultos. Y juro que aún no los necesito.
¿Cómo puede ser que permitamos que esto ocurra? ¿Cómo puede ser que desaprovechemos esta época donde alguien de 50 tiene entre 30 y 40 años por delante, donde es joven en términos de salud, donde ya tuvo hijos y no va a tener más? Qué desperdicio a nivel vital y de negocios.
A diferencia de antes, cuando tenía menos de 30, cuando ser mujer y querer tener hijos era una desventaja, el “ageism o edadismo” es algo que, al menos, nos afecta tanto a mujeres como a hombres.
Humanidad: prohibido envejecer.
❤️
Totalmente, Cin! 👏
En cambio, creo que el "ageism" sí afecta bastante más a las mujeres que a los hombres (dependiendo mucho del ámbito, claro).